El verano se vive con intensidad, entre momentos que se graban en la memoria: la arena aún cálida bajo los pies, la brisa marina acariciando la piel y el sol escondiéndose lentamente en el horizonte. En Bodegas Osca creemos que cada instante tiene un vino perfecto para acompañarlo, y los atardeceres de verano merecen lo mejor de nuestra tierra.
Porque un verano sin un vino Osca no es verano. Y cuando pensamos en esas veladas donde reina la calma y la compañía, elegimos dos clásicos que nunca fallan:
Osca Blanco:
Fresco, ligero y lleno de matices frutales. Ideal para quienes disfrutan de la ligereza y la frescura en cada sorbo, perfecto para acompañar una tarde junto al mar o una cena ligera bajo las estrellas.
Osca Tinto:
Expresivo, con carácter y marcado por la esencia del Somontano. Para los que buscan intensidad y un vino que arrope en las noches más largas de verano.
Ambos nacen en nuestros viñedos de secano, bajo el sol del Somontano y con la tradición de generaciones que han hecho del vino su forma de vida.
En Bodegas Osca sabemos que el verano se disfruta más con una copa en la mano. La pregunta es: